PASO 1: Machaca en una picadora las galletas en dos tandas y haz una masa crujientita. PASO 2: Echa la masa en un bol y añade la mantequilla derretida. Remueve con alegría. PASO 3: Búscate un molde desmontable de 22 cm de diámetro y ponle papel de horno en la base y los laterales. Ahora es el momento de echar la mezcla de galleta y esparcirla por la base. PASO 4: A la nevera o al congelador con todo hasta que se solidifique.

PASO 5: Coge otro bol y ponle queso crema, azúcar glass y el Baileys. Bátelo con una batidora de varillas. PASO 6: Mete las láminas de gelatina en agua fría durante al menos 5 minutos para hidratarlas. PASO 7: Funde al baño María o en el microondas en chocolate. Mmmm, qué pinta. PASO 8: Ahora es el momento de montar la nata hasta que esté bien firme. PASO 9: Añadimos el chocolate fundido a la mezcla de la crema de queso y Baileys; y ¡a batir de nuevo! Reserva para luego. PASO 10: Escurre las hojas de gelatina y mételas en el micro unos segundos, hasta que quede bien disuelta. ¡Que no hierva! PASO 11: Añade la gelatina fundida al bol de la crema y, otra vez, a batir rápidamente antes de que se cuaje. PASO 12: Para acabar con el relleno, pon la nata montada sobre la crema con movimientos envolventes. PASO 13: Echa la crema en el molde de galletas, espárcela bien y deja reposar en la nevera mínimo 6 horitas.

PASO 14: Tritura todos los ingredientes en un bol hasta hacer una mezcla homogénea y apetitosa. PASO 15: Deja reposar en la nevera unas 6 horas. PASO 16: Si quieres puedes introducir la crema en una manga pastelera para decorar con estilo. PASO 17: Una vez todo reposado, decora a tu gusto. Te proponemos espolvorear canela, cacao puro en polvo o chocolate rallado. ¡Qué delicia!